La gran comisión que Jesús nos encomendó es “id y haced discípulos", es nuestra oración que cada día podamos ser buenos discípulos de Jesús, conformándonos a su imagen, compartiendo y ministrando la palabra de Dios a otros. Esperamos que este blog sea de bendición en tu vida Que Dios te bendiga grande y ricamente.
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jueves, 28 de enero de 2016
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jueves, 21 de enero de 2016
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jueves, 14 de enero de 2016
Revolucionarios
Josué 24:14-16
Definición de “revolución"
f. Cambio violento en las instituciones políticas de una nación:
Ejemplo: la revolución francesa, rusa, etc.
P. ext.,inquietud, alboroto:
Ejemplo: se organizó una revolución en la oficina cuando nos comunicaron que iban a subirnos el sueldo.
Cambio importante en el estado o gobierno de las cosas:
Ejemplo: el teléfono móvil ha supuesto una revolución de las comunicaciones.
astronomía. Giro completo que da un astro en todo el curso de su órbita.
mecánica. Giro o vuelta completa que da una pieza sobre su eje:
Ejemplo: ¿cuántas revoluciones alcanza el motor de tu coche?
Entonces un revolucionario es aquel que esta provocando una revolución, que como ya lo vimos en la definición es un cambio importante en la sociedad, se pretende hacer la diferencia para cambiar pensamientos y acciones equivocadas en la sociedad.
A lo largo de la historia universal han existido hombres y mujeres valientes que siempre serán recordados por cambiar el rumbo de comunidades, pueblos y naciones enteras, hombres que guiaron ejércitos y que lucharon para cambiar la sociedad en que vivieron, algunos de ellos murieron en combate antes de ver el fin de la batalla, pero dieron sus vidas porque creían firmemente en sus ideales y fieles a ellos lucharon hasta la muerte, he aquí un pequeño listado de Personajes revolucionarios que marcaron la historia de la humanidad:
Ernesto Ché Guevara
Nelson Mandela
Mahatma Gandhi
Simón Bolívar
Fidel Castro
Salvador Allende
Martin Luther King
Vladimir Lenin
Mao Tse Tung
Olof Palme
Y sin olvidar al único personaje que ha dividido la historia en 2, el antes y después de él, nuestro señor Jesús, quien siendo Dios estuvo dispuesto a tomar forma de siervo y entregar su vida, él es el más grande ejemplo de un revolucionario que se entregó por amor a otros. (Efesios 2:6-8)
Indudablemente los actos de valentía y entrega de ellos es algo digno de admirar ¿Te gustaría ser un revolucionario? ¿Te gustaría tener una causa noble y tener la valentía y las agallas de luchar por ella hasta el final? ¿Te gustaría marcar la historia como lo han hecho estos Personajes?
Si la respuesta es “Sí” déjame decirte que puedes serlo, puedes lograrlo, y si tu respuesta es “No” quiero que sepas que estas llamado a ser un revolucionario, no importa si tu respuesta es negativa o positiva, Dios quieres hacer historia en tu casa, tu iglesia, tu comunidad, tu ciudad, tu país o el mundo entero a través de ti ¿estás dispuesto?
En el pasaje bíblico que hemos leído hoy, vemos a un hombre revolucionario, alguien que conocía perfectamente a Dios y que sabía muy bien en quien había puesto su confianza, este hombre es Josué, el sucesor de Moisés y quien guió al pueblo de Israel a cruzar el río Jordán y conquistar la tierra prometida, fue él uno de los 12 espías enviados a reconocer la tierra de Canaán y solamente él y Caleb creyeron que Dios les podía dar la victoria y la conquista de la tierra prometida, y en el libro de Josué, en el capítulo 24 está exhortando al pueblo de Israel a temer a Dios y a servirle en agradecimiento por sus maravillas
Es necesario que en nuestras iglesias y congregaciones existan hombres y mujeres como Josué, Que digan: “Sí Señor, yo iré”, que no se atemoricen al ver los gigantes que habitan en la tierra prometida, que estén dispuestos a decir: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” que estén dispuestos a cambiar la historia y alcanzar bendiciones para sus familias y para otros, hombres que se atrevan a romper paradigmas, que vivan una vida de adoración a Dios y que su testimonio impacte en las vidas de quienes no conocen de Jesús, gente dispuesta a hacer la diferencia.
Este es el tiempo, el momento en que tú y yo debemos levantarnos, y ser la diferencia, allí donde tú estás, en la iglesia donde te congregas, en el ministerio en que sirves, allí es donde Dios quiere usarte, quiere que estés firme y decidido a servir a Jehová como lo estuvo Josué, quiere que en tu ministerio, hagas la diferencia, que hagas una revolución
Creo que esa es la parte más difícil para muchos creyentes, “hacer la diferencia” porque en nuestra cultura existe un pensamiento incorrecto, que es “los demás hacen esto así y por eso yo también lo hago así”, eso debe cambiar, si tú sabes que algo es correcto debes hacerlo, no esperes a que los demás lo hagan o no dejes de hacerlo porque otros no lo hacen, hazlo por eso, porque es lo correcto
Hacer la diferencia probablemente te va a traer muchas críticas, sobre todo de aquellos que no están dispuestos a hacer lo correcto y no quieren dejar que nadie lo haga, pero te tengo una buena noticia, Dios te recompensará en gran manera el hacer lo correcto, pues ese es el ejemplo que él nos dejó y le agrada de que tú sigas su ejemplo, también el apóstol Pablo en Filipenses 2:5-9 nos manda seguir el ejemplo de Cristo
Entonces ¿Qué debemos hacer?
En primer lugar debemos entender la causa por la que luchamos, entender esto te ayudará a tomar los pasos adecuados para lograr esta causa
Algunas causas por las cuales luchar (entre tantas que existen) pueden ser: traer a más personas a los pies de Jesús, ayudar a otros hermanos a crecer espiritualmente a través de e estudio de la palabra de Dios o la oración, enseñar a otros hermanos aspectos importantes y necesarios para desarrollar con excelencia nuestros ministerios, etc…
Lo importante es entender que nuestra encomienda principal es servir a Dios a través de servir al cuerpo de Cristo en nuestros ministerios, sírvele al señor, piensa siempre en que es lo correcto y decídete a hacerlo.
Teniendo los objetivos en la mira, establece planes y estrategias para alcanzarlos, esto permitirá que sea más fácil llegar a la meta
Siempre es importante planificar, analizar los posibles problemas y crear planes para lograr el éxito, reúnete con tu equipo de trabajo, piensen que es lo que están haciendo mal (no como crítica, sino para corregir los errores), siempre hay formas de mejorar en el servicio a Dios, propongan metas, hagan una lluvia de ideas, o si tienes un ministerio personal (me refiero a que solo tú estás en ese ministerio o rol en la iglesia) planea lo que puedes hacer y mira con anticipación cualquier problema que pueda surgir
Además siempre consulten a otras personas (tu pastor, tu líder u otra persona que tenga más experiencia o que sea capaz de darte un consejo) recuerda que proverbios 24:6 dice: “en la multitud de consejeros está la victoria”
Esforzarse, solo con esfuerzo se logra realizar con excelencia el trabajo
Esfuérzate, los hombre que han marcado la historia, lo han hecho con esfuerzo, eso es lo que el señor espera de ti, que des todo lo que tengas y aún más allá de tus fuerzas, el esfuerzo es la característica por la que muchos personajes han hecho historia, ¡Esfuérzate!
Quiero terminar animándote, probablemente la gente alrededor tuyo te mirará de una forma extraña al verte hacer la diferencia, pero como lo dije antes, si eso llega a pasar no debes preocuparte, el señor está atento a lo que tú hagas, el cuidará que te dejen trabajar en lo que te has propuesto, y una cosa más, el enemigo tampoco estará contento y buscará la forma de desanimarte y hacerte convalecer, para ello toma contigo la armadura de Dios (Efesios 6:10-20) y no olvides que tienes el respaldo divino de Dios en lo que deseas hacer.
Sé un revolucionario, haz la diferencia, Que Dios te bendiga
EG.
jueves, 7 de enero de 2016
El Crédito por Las Obras
San Lucas 5:17-20
Quiero dedicar este primer tema del blog para hablar de un tema que ataca mucho a todas las iglesias y que el enemigo usa como un arma fuerte para destruir la obra que Dios está haciendo en las congregaciones y para poner enemistad entre los ministerios y sus miembros, si este tema te llama la atención sigue leyendo.
Soy un amante de las películas, comparto el gusto por el séptimo arte con muchos de mis amigos y familiares, generalmente todas las semanas nos encontramos con mi hermana en la sala de nuestra casa buscando alguna película que ver en Cable-TV y al igual que nosotros existirán cientos de miles de personas que van cada cierto tiempo a disfrutar de un buen estreno cinematográfico, en nuestro país ese es uno de los pasatiempos más comunes, El Cine
Sin embargo meditando sobre esto pensaba: a pesar de disfrutar tanto del cine, hay una parte en todas las películas a la cual nadie le pone atención, ni siquiera el más mínimo interés, esta parte es la que conocemos como “Los Créditos”
Los créditos están al final de cada película pues tienen el propósito de hacer mención de todos los que participaron en la producción del filme, desde quienes se encargaron de las cosas más sencillas, hasta los actores y la gente de producción de audio y video que se encargan de editar el producto final, lo que nosotros vemos en la pantalla, aquellas películas que disfrutamos y que en algunos casos, no nos cansamos de ver una vez tras otra.
La vida cristiana suele ser como la industria cinematográfica, realizamos trabajos en nuestras iglesias locales, sirviendo al señor en áreas diferentes, desde el pastor hasta los maestros de escuela dominical, desde los ministros de alabanza hasta los hermanos que hacen la limpieza, desde los líderes hasta los servidores que acomodan a la congregación en sus sillas (acomodadores o ujieres), todos ejerciendo diferentes obras en servicio a Dios
Tristemente en algunas congregaciones se generan problemas en referencia al crédito por el trabajo que se hace para Dios, algunos hermanos servidores hacen las obras “para el señor” pero cuando no se les da crédito por su labor se molestan como si lo hubiesen hecho para recibir algo a cambio (un reconocimiento por lo menos), otros definitivamente lo hacen por recibir reconocimiento y ser vistos delante de las congregaciones y que las personas les aplaudan sus acciones y lo hacen deliberadamente pues si no hay recompensa pública por las acciones, ni siquiera se toman la molestia de preguntar por lo que se debe hacer, existe además un tercer grupo de siervos del señor, adoradores de corazón, los cuales se esfuerzan y dan lo mejor de sí para hacer la obra que Dios les ha encomendado sin importarles que su nombre figure o no en los reconocimientos por las acciones porque saben que su recompensa no es terrenal sino que están acumulando tesoros en el cielo, y para terminar con el cuento, a algunos líderes y pastores no les importa dar el crédito de las obras, solo les importa la acción, el trabajo terminado, pero al igual que quienes vemos películas no quieren ver la parte del reconocimiento y la recompensa que algunos hermanos merecen por su ardua labor en el ministerio. ¿En cuál de estos grupos te encuentras tú?
En la lectura bíblica vemos una historia de cierto grupo de hombres que hacen una obra, ellos llevan a un paralitico delante de Jesús para que pueda ser sanado por el señor, estos hombres (la biblia no dice cuántos eran, ni mucho menos menciona sus nombres) lograron impresionar al señor, más que impresionarlo por la acción que habían hecho, (subir al techo y meter por allí al paralítico) lo impresionaron por la fe que había en ellos, porque sabían que el paralítico no saldría de ese lugar en su lecho, sino que saldría caminando, pero la historia termina sin volver a mencionar a estos hombres, hicieron una obra maravillosa pues la biblia dice en el versículo 20 “al ver la fe de ELLOS” (énfasis mío), no solo la fe del paralítico que era quien necesitaba el milagro, sino también la fe de ELLOS, los hombres que le llevaban; un gran milagro ocurrió para un hombre que ni siquiera sabemos (la biblia no lo dice) si era amigo de ellos o si era alguien que encontraron en el camino, pero fue sano gracias a la fe de ELLOS, sin embargo no recibieron el crédito, sus nombres no aparecen y estos caballeros nunca más fueron mencionados por el escritor y probablemente ni siquiera en el cielo sabremos quienes fueron, pero puedo apostar 2 cosas (y estoy más que seguro que ganaría esa apuesta):
1- Ellos se encontraban en el grupo de los siervos de Dios que hacen las obras sin esperar nada a cambio porque saben perfectamente que la recompensa viene de Dios y es eterna
2- Dios les recompensó en gran manera esa obra que hicieron y les lleno de gran gozo ayudar al paralítico a tener un encuentro con Jesús
Es hora de que nos preguntemos y nos auto-evaluemos: ¿Por qué sirvo en este ministerio? ¿Cuándo hago una obra para Dios espero que me vean o eso no me interesa? ¿Espero recibir algo a cambio de lo que yo hago? ¿Como líder estoy reconociendo el trabajo de los demás? ¿Estoy enseñando y practicando la humildad?
Hazte estas preguntas y reflexiona, si sales bien evaluado te felicito, sigue por ese buen camino, y si sales mal evaluado no te desanimes, grandes personajes en la biblia también se equivocaron y aun así Dios los usó, corrige el camino y sigue adelante, el señor te quieres usar.
Quiero terminar con tres consejos sencillos para los servidores:
1. Si estás sirviendo en algún ministerio hazlo de corazón, hazlo con agradecimiento al señor por su amor y su salvación, no esperes nada a cambio, el señor verá tu humildad y sinceridad y te recompensará, recuerda que Dios es nuestro padre y sabe de qué cosas tenemos necesidad
2. si estás sirviendo en algún ministerio y se te da el crédito por algo que hiciste, no dejes que se te suba a la cabeza, lo que hiciste lo hiciste para el señor y cualquiera pudo haberlo hecho en tu lugar pero Dios te escogió a ti porque confía en ti y espera que a ti no se te suban los humos
3. si estás sirviendo en algún ministerio y quieres recibir el crédito por algo que hiciste, siéntate unos segundos y analiza cual fue el ejemplo que el señor Jesús nos dejó en cuanto a la humildad, ponte de nuevo en pie y comienza de nuevo a hacer las obras que Dios te encomendó con humildad en tu corazón
Si eres líder o pastor:
* Reconoce el esfuerzo y la labor de cada miembro, hazles saber y sentir que todos son importantes en el cuerpo de Cristo y enseñales a no asumir altivez cuando se reconozca el buen trabajo de alguno
* Tomate un tiempo para conocer a los integrantes de tu equipo de trabajo o congregación, a lo mejor alguno de ellos siente que su trabajo no está siendo reconocido, acércate, habla con ellos, dales la confianza de que puedan expresar como se sienten y así podrás ayudarlos
Y por favor
* No hagas acepción de personas, todos trabajamos en la obra para la gloria de Dios pero todos trabajamos mejor si se nos reconoce nuestro trabajo y si se nos enseña a ser humildes y a evitar que se nos suban los humos, ayudales a comprender que el éxito en las iglesias viene del trabajo en equipo
NADIE es indispensable en la obra de Dios, pero ¡TODOS! Somos importantes para que esta se lleve a cabo
Si te ha gustado este tema, por favor compártelo con tus líderes o tu equipo de trabajo o ministerio, también puedes dejar tus comentarios y ayudarme a que juntos crezcamos espiritualmente, todos los jueves podrás encontrar diferentes temas sobre situaciones que se presentan en el diario vivir de un creyente, tu y yo podemos hacer la diferencia, Que Dios les bendiga.
EG.