Translate

jueves, 28 de enero de 2016

Seguir Creciendo

Texto: Salmos 90:1-12

¿Alguna vez has llegado al final de un camino o una carrera? ¿Qué haces cuando llegas a la meta? ¿Qué sucede ahora que cumpliste tu propósito o tu sueño? O cabe también preguntar ¿Qué sucede si no llegaste a la meta, si no cumpliste tu propósito? En esta ocasión quiero que meditemos en algo trascendental en la vida del ser humano, por favor continua leyendo.

Personalmente soy aficionado del fútbol y en especial de las copas europeas, y preparando el tema de hoy meditaba en una comparación de este deporte con la vida del ser humano y de todo creyente: el equipo (sea cual sea) da lo mejor de sí en el torneo y logra llevarse el título de campeón, celebra al finalizar el encuentro, levanta la copa, sigue festejando durante unas horas, llega a la ciudad a la que pertenece y celebra con su afición durante una noche, a lo mejor descansa un día, PERO a la siguiente semana se reúnen de nuevo en su cancha de entrenamiento y comienzan a prepararse porque en seguida dará inicio un nuevo torneo y hay que defender el título.

Así es la vida para el ser humano, muchos llegamos al final de una carrera, logramos las metas que nos proponemos y logramos nuestro propósito, pero nos estancamos creyendo que eso era todo lo que podíamos haber alcanzado y que más allá de eso, no hay nada más, PERO, no es así, hay mucho más que podemos alcanzar, hay tanto que podemos lograr.

Si tú has llegado a una meta, ¿qué te impide buscar otra meta y alcanzarla?

En el texto bíblico que hemos leído hoy vemos que Moisés entendió esto, él era ya un adulto cuando escribió esta oración que luego paso a ser un salmo, y a pesar de haber sido instruido en las mejores escuelas de Egipto, ser un hombre experimentado, con un alto nivel de liderazgo y habiendo dirigido al pueblo de Israel en el éxodo, no creyó haber alcanzado todo en la vida y que no había más nada que hacer, sino que reconoció que siendo la vida tan corta para el ser humano y ya que no sabemos cuándo llegará el fin de nuestros días, le dijo a Dios:

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Salmos 90:12

Atrae mi atención esta parte: “que traigamos al corazón sabiduría”, Moisés entendió que no había alcanzado máxima sabiduría que necesitaba seguir aprendiendo, que cada día puede darnos más sabiduría, que lo que había alcanzado en la vida no era suficiente, que necesitaba cada día seguir creciendo.

Si tú estás en un nivel en el que te sientes cómodo, tranquilo y sin presión, si sientes que dominas a la perfección lo que haces, quizá sea el momento adecuado para buscar un nuevo nivel que alcanzar, quizá ya eres excelente en lo que haces, entonces es tiempo de darle un giro y poder transformarlo en algo nuevo, quizá sea el tiempo de enseñar a otros, o quizá el tiempo de aprender otra rama de tu profesión o quizá otra área que puedas mezclar con lo que ya sabes con el objetivo de que cada día tengas más herramientas y más recursos para servir al señor, escuché muchas veces al pastor Edgar López Bertrand decir una frase y yo creo que es muy cierta, “El hombre, entre más se prepara, Dios más le usa”.

Si ha cruzado por tu mente la renuncia, no la consideres más, sigue esforzándote, alcanzar el éxito no es fácil, pero créeme, vale la pena, si has llegado a la meta y te has estancado allí, busca nuevos horizontes, y nunca olvides que tienes el respaldo de Dios, pídele sabiduría, Salomón lo hizo y puedes leer en la biblia lo bien que le fue, no dudes en hacerlo, involucra a Dios en tus planes y él te permitirá tener éxito en ellos. Es mi oración que cada día deseemos seguir creciendo.

Nunca se rindan, sigan creciendo.


EG.


jueves, 21 de enero de 2016

La Mejor Parte

Lucas 10:38-42

En esta ocasión quiero compartir un tema que personalmente me hizo reflexionar mucho, espero que también en ustedes tenga el mismo efecto, además de eso, quiero comentarles que este es el tercer tema que tiene relación con el servicio a nuestro Dios, no hablaremos todo el tiempo sobre eso, pero quise compartir esta mini serie para que los que somos servidores reflexionemos sobre nuestra labor en el cuerpo de Cristo, el tema de hoy es sobre el valor de la acción contra el de la motivación, si te interesa el tema continua leyendo.

Gracias al gran avance tecnológico en las últimas décadas, podemos videos con excelente calidad y una gran resolución, una de las mejores experiencias visuales es ver videos en HD (High Definition o en español Alta Definición) en disco DVD Blue Ray, pero en nuestro país son pocas las personas que han experimentado la alta definición del DVD Blue Ray, esto debido a lo siguiente, para ver el video en alta definición se debe tener: un televisor de alta definición, un reproductor de DVD Blue Ray y un disco grabado con ese mismo formato, muchos han comprado discos Blue Ray, pero no tienen ni el tv y el reproductor adecuado, y otros quizá tengan el tv y el reproductor Blue Ray pero compran discos pirata grabados en mp4, por consiguiente no pueden lograr experimentar un video en HD.

Lo mismo sucede en la vida de los servidores, tenemos las capacidades para servir en los ministerios, tenemos el talento, la actitud y la aptitud, pero no logramos crear una experiencia en “HD” con nuestro Dios, tenemos todo lo que necesitamos para servir a Dios pero descuidamos la parte más importante en el servicio a Dios, la motivación.

En la lectura bíblica vemos una pequeña historia pero con una gran enseñanza, Jesús se dirigía a Jerusalén, mientras iba de camino se detuvo en una aldea donde Marta le dio posada, María la hermana de Marta se sentó a los pies del señor atenta a escucharlo, pero Marta estaba preocupada por los quehaceres del hogar y le dijo a Jesús que le ordenara a María que le ayudara, a lo que Jesús le dijo: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”

Muchos servidores, en todas las iglesias, cometen el mismo error, cuando realizamos algo en un ministerio durante mucho tiempo, cometemos el error de darle más importancia a la acción que a la razón de ser de la acción, déjame explicártelo mejor a través de un ejemplo que me ocurrió a mí:

Durante muchos años he servido a Dios a través de ministerio de la música, y ese ha sido mi llamado y desde pequeños siempre fui apasionado de la música, pero hubo tiempos durante estos últimos años en los cuales se volvió tan importante tocar y hacerlo bien que en mi vida se perdió el enfoque correcto, no se trataba de oírme bien, se trataba de que mi corazón al momento de tocar o cantar estuviera bien delante de Dios, y a través de ello ministrar a la congregación, pasaba horas enteras ensayando todos los días, pero no dedicaba ni 5 minutos a la oración y la lectura de la biblia, y así como yo probablemente haya muchos servidores (y los hay) que invierten tiempo en preparar meditaciones, en planchar su uniforme, en preparar la comida para los hermanos, en hacer la limpieza en el templo, que lo hacen porque es su ministerio pero que han olvidado para quien lo hacen, que han olvidado que la parte más importante no es el afanarse por servirle al señor como lo hizo Marta, sino que lo especial y por lo que deberíamos afanarnos es por agradar al señor y por crecer espiritualmente a través de escucharlo como lo hizo María.

Con esto no quiero decir, dejen de servir y dedíquense a escuchar a Dios, si esto fuera así, no habrían servidores en las iglesias y estas no crecerían y avanzarían porque gracias a los servidores las iglesias crecen, la labor que usted tiene es importante, pero debemos entender y tener siempre presente que la razón de que nosotros hagamos algo en la iglesia es para servir a Dios y que no debe ser más importante nuestro ministerio que nuestro alimento espiritual, porque en realidad Dios quiere ser el número uno para ti, si le das el segundo lugar porque lo que haces en el ministerio tiene el primero, el señor te quitará la oportunidad de servir, pues es Dios celoso y él tiene que ser el primer lugar de tu vida.

Es triste y preocupante a la vez, ver personas en las iglesias que están más preocupadas por sus ministerios que por el crecimiento espiritual de los miembros, gente que se preocupa más porque termine el culto para sentarse y descansar (porque han estado sirviendo de pie durante el culto) que porque Dios esté ministrando las vidas de quienes no le conocen, gente que protesta cuando se le pide un favor en las iglesias y lo toman a mal, en lugar de pensar que hacer ese favor puede alcanzar más personas para el señor, personas que se molestan si el pastor se pasa 5 minutos de predicación en lugar de orar que en esos 5 minutos más Dios hable al corazón de quienes lo necesitan (y todos los necesitamos).

No es mi objetivo en esta hora señalarte (si has cometido alguno de estos errores), pues como ya lo dije yo también me equivoqué y Dios me enseñó esto a través de una dura lección, es mi deseo en esta hora que tú reflexiones y que Dios te guie por el camino correcto, te dejo unos consejos que espero te sean útiles en tu diario vivir.

1-      Tu ministerio es importante en la iglesia, pero no debe ser primer lugar en tu vida, tu ministerio deber ser lo que haces para la persona que es el primer lugar en tu vida (Dios), no dejes de servir pero ten siempre presente la razón de porque lo haces.

2-      Prepárate para tu ministerio, ensaya, lee, estudia, plancha tu uniforme, prepara tu equipo, sea lo que sea que hagas, hazlo, pero no dejes de lado la preparación espiritual, ora por tu ministerio, lee la palabra de Dios y pídele que te de dirección y que te ayude a recordar que lo que haces, lo haces para él y no porque te gusta hacerlo.

3-      Trata de abrir siempre tus ojos espirituales, recuerda que durante el culto se está desarrollando una guerra espiritual, si lo ves con los ojos espirituales será más fácil entender tu rol en la iglesia.

4-      Ten siempre presente que TODO lo que hacemos debemos hacerlo de corazón COMO PARA EL SEÑOR - Colosenses 3:22 (énfasis mío)

“María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”, María entendió lo que era más importante, espero que tú y yo podamos ser como ella y escoger la buena parte, la cual estoy seguro que no nos será quitada.

Que Dios Nos Bendiga.

EG.


jueves, 14 de enero de 2016

Revolucionarios

Josué 24:14-16

Definición de “revolución"

f. Cambio violento en las instituciones políticas de una nación:
Ejemplo: la revolución francesa, rusa, etc.

P. ext.,inquietud, alboroto:
Ejemplo: se organizó una revolución en la oficina cuando nos comunicaron que iban a subirnos el sueldo.

Cambio importante en el estado o gobierno de las cosas:
Ejemplo: el teléfono móvil ha supuesto una revolución de las comunicaciones.

astronomía. Giro completo que da un astro en todo el curso de su órbita.

mecánica. Giro o vuelta completa que da una pieza sobre su eje:
Ejemplo: ¿cuántas revoluciones alcanza el motor de tu coche?

Entonces un revolucionario es aquel que esta provocando una revolución, que como ya lo vimos en la definición es un cambio importante en la sociedad, se pretende hacer la diferencia para cambiar pensamientos y acciones equivocadas en la sociedad.

A lo largo de la historia universal han existido hombres y mujeres valientes que siempre serán recordados por cambiar el rumbo de comunidades, pueblos y naciones enteras, hombres que guiaron ejércitos y que lucharon para cambiar la sociedad en que vivieron, algunos de ellos murieron en combate antes de ver el fin de la batalla, pero dieron sus vidas porque creían firmemente en sus ideales y fieles a ellos lucharon hasta la muerte, he aquí un pequeño listado de Personajes revolucionarios que marcaron la historia de la humanidad:

Ernesto Ché Guevara
Nelson Mandela
Mahatma Gandhi
Simón Bolívar
Fidel Castro
Salvador Allende
Martin Luther King
Vladimir Lenin
Mao Tse Tung
Olof Palme
Y sin olvidar al único personaje que ha dividido la historia en 2, el antes y después de él, nuestro señor Jesús, quien siendo Dios estuvo dispuesto a tomar forma de siervo y entregar su vida, él es el más grande ejemplo de un revolucionario que se entregó por amor a otros. (Efesios 2:6-8)

Indudablemente los actos de valentía y entrega de ellos es algo digno de admirar ¿Te gustaría ser un revolucionario? ¿Te gustaría tener una causa noble y tener la valentía y las agallas de luchar por ella hasta el final? ¿Te gustaría marcar la historia como lo han hecho estos Personajes?

Si la respuesta es “Sí” déjame decirte que puedes serlo, puedes lograrlo, y si tu respuesta es “No” quiero que sepas que estas llamado a ser un revolucionario, no importa si tu respuesta es negativa o positiva, Dios quieres hacer historia en tu casa, tu iglesia, tu comunidad, tu ciudad, tu país o el mundo entero a través de ti ¿estás dispuesto?

En el pasaje bíblico que hemos leído hoy, vemos a un hombre revolucionario, alguien que conocía perfectamente a Dios y que sabía muy bien en quien había puesto su confianza, este hombre es Josué, el sucesor de Moisés y quien guió al pueblo de Israel a cruzar el río Jordán y conquistar la tierra prometida, fue él uno de los 12 espías enviados a reconocer la tierra de Canaán y solamente él y Caleb creyeron que Dios les podía dar la victoria y la conquista de la tierra prometida, y en el libro de Josué, en el capítulo 24 está exhortando al pueblo de Israel a temer a Dios y a servirle en agradecimiento por sus maravillas

Es necesario que en nuestras iglesias y congregaciones existan hombres y mujeres como Josué, Que digan: “Sí Señor, yo iré”, que no se atemoricen al ver los gigantes que habitan en la tierra prometida, que estén dispuestos a decir: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” que estén dispuestos a cambiar la historia y alcanzar bendiciones para sus familias y para otros, hombres que se atrevan a romper paradigmas, que vivan una vida de adoración a Dios y que su testimonio impacte en las vidas de quienes no conocen de Jesús, gente dispuesta a hacer la diferencia.

Este es el tiempo, el momento en que tú y yo debemos levantarnos, y ser la diferencia, allí donde tú estás, en la iglesia donde te congregas, en el ministerio en que sirves, allí es donde Dios quiere usarte, quiere que estés firme y decidido a servir a Jehová como lo estuvo Josué, quiere que en tu ministerio, hagas la diferencia, que hagas una revolución

Creo que esa es la parte más difícil para muchos creyentes, “hacer la diferencia” porque en nuestra cultura existe un pensamiento incorrecto, que es “los demás hacen esto así y por eso yo también lo hago así”, eso debe cambiar, si tú sabes que algo es correcto debes hacerlo, no esperes a que los demás lo hagan o no dejes de hacerlo porque otros no lo hacen, hazlo por eso, porque es lo correcto

Hacer la diferencia probablemente te va a traer muchas críticas, sobre todo de aquellos que no están dispuestos a hacer lo correcto y no quieren dejar que nadie lo haga, pero te tengo una buena noticia, Dios te recompensará en gran manera el hacer lo correcto, pues ese es el ejemplo que él nos dejó y le agrada de que tú sigas su ejemplo, también el apóstol Pablo en Filipenses 2:5-9 nos manda seguir el ejemplo de Cristo

Entonces ¿Qué debemos hacer?

En primer lugar debemos entender la causa por la que luchamos, entender esto te ayudará a tomar los pasos adecuados para lograr esta causa

Algunas causas por las cuales luchar (entre tantas que existen) pueden ser: traer a más personas a los pies de Jesús, ayudar a otros hermanos a crecer espiritualmente a través de e estudio de la palabra de Dios o la oración, enseñar a otros hermanos aspectos importantes y necesarios para desarrollar con excelencia nuestros ministerios, etc…

Lo importante es entender que nuestra encomienda principal es servir a Dios a través de servir al cuerpo de Cristo en nuestros ministerios, sírvele al señor, piensa siempre en que es lo correcto y decídete a hacerlo.

Teniendo los objetivos en la mira, establece planes y estrategias para alcanzarlos, esto permitirá que sea más fácil llegar a la meta

Siempre es importante planificar, analizar los posibles problemas y crear planes para lograr el éxito, reúnete con tu equipo de trabajo, piensen que es lo que están haciendo mal (no como crítica, sino para corregir los errores), siempre hay formas de mejorar en el servicio a Dios, propongan metas, hagan una lluvia de ideas, o si tienes un ministerio personal (me refiero a que solo tú estás en ese ministerio o rol en la iglesia) planea lo que puedes hacer y mira con anticipación cualquier problema que pueda surgir

Además siempre consulten a otras personas (tu pastor, tu líder u otra persona que tenga más experiencia o que sea capaz de darte un consejo) recuerda que proverbios 24:6 dice: “en la multitud de consejeros está la victoria”

Esforzarse, solo con esfuerzo se logra realizar con excelencia el trabajo

Esfuérzate, los hombre que han marcado la historia, lo han hecho con esfuerzo, eso es lo que el señor espera de ti, que des todo lo que tengas y aún más allá de tus fuerzas, el esfuerzo es la característica por la que muchos personajes han hecho historia, ¡Esfuérzate!

Quiero terminar animándote, probablemente la gente alrededor tuyo te mirará de una forma extraña al verte hacer la diferencia, pero como lo dije antes, si eso llega a pasar no debes preocuparte, el señor está atento a lo que tú hagas, el cuidará que te dejen trabajar en lo que te has propuesto, y una cosa más, el enemigo tampoco estará contento y buscará la forma de desanimarte y hacerte convalecer, para ello toma contigo la armadura de Dios (Efesios 6:10-20) y no olvides que tienes el respaldo divino de Dios en lo que deseas hacer.

Sé un revolucionario, haz la diferencia, Que Dios te bendiga

EG.

jueves, 7 de enero de 2016

El Crédito por Las Obras

San Lucas 5:17-20

Quiero dedicar este primer tema del blog para hablar de un tema que ataca mucho a todas las iglesias y que el enemigo usa como un arma fuerte para destruir la obra que Dios está haciendo en las congregaciones y para poner enemistad entre los ministerios y sus miembros, si este tema te llama la atención sigue leyendo.

Soy un amante de las películas, comparto el gusto por el séptimo arte con muchos de mis amigos y familiares, generalmente todas las semanas nos encontramos con mi hermana en la sala de nuestra casa buscando alguna película que ver en Cable-TV y al igual que nosotros existirán cientos de miles de personas que van cada cierto tiempo a disfrutar de un buen estreno cinematográfico, en nuestro país ese es uno de los pasatiempos más comunes, El Cine

Sin embargo meditando sobre esto pensaba: a pesar de disfrutar tanto del cine, hay una parte en todas las películas a la cual nadie le pone atención, ni siquiera el más mínimo interés, esta parte es la que conocemos como “Los Créditos”

Los créditos están al final de cada película pues tienen el propósito de hacer mención de todos los que participaron en la producción del filme, desde quienes se encargaron de las cosas más sencillas, hasta los actores y la gente de producción de audio y video que se encargan de editar el producto final, lo que nosotros vemos en la pantalla, aquellas películas que disfrutamos y que en algunos casos, no nos cansamos de ver una vez tras otra.

La vida cristiana suele ser como la industria cinematográfica, realizamos trabajos en nuestras iglesias locales, sirviendo al señor en áreas diferentes, desde el pastor hasta los maestros de escuela dominical, desde los ministros de alabanza hasta los hermanos que hacen la limpieza, desde los líderes hasta los servidores que acomodan a la congregación en sus sillas (acomodadores o ujieres), todos ejerciendo diferentes obras en servicio a Dios

Tristemente en algunas congregaciones se generan problemas en referencia al crédito por el trabajo que se hace para Dios, algunos hermanos servidores hacen las obras “para el señor” pero cuando no se les da crédito por su labor se molestan como si lo hubiesen hecho para recibir algo a cambio (un reconocimiento por lo menos), otros definitivamente lo hacen por recibir reconocimiento y ser vistos delante de las congregaciones y que las personas les aplaudan sus acciones y lo hacen deliberadamente pues si no hay recompensa pública por las acciones, ni siquiera se toman la molestia de preguntar por lo que se debe hacer, existe además un tercer grupo de siervos del señor, adoradores de corazón, los cuales se esfuerzan y dan lo mejor de sí para hacer la obra que Dios les ha encomendado sin importarles que su nombre figure o no en los reconocimientos por las acciones porque saben que su recompensa no es terrenal sino que están acumulando tesoros en el cielo, y para terminar con el cuento, a algunos líderes y pastores no les importa dar el crédito de las obras, solo les importa la acción, el trabajo terminado, pero al igual que quienes vemos películas no quieren ver la parte del reconocimiento y la recompensa que algunos hermanos merecen por su ardua labor en el ministerio. ¿En cuál de estos grupos te encuentras tú?

En la lectura bíblica vemos una historia de cierto grupo de hombres que hacen una obra, ellos llevan a un paralitico delante de Jesús para que pueda ser sanado por el señor, estos hombres (la biblia no dice cuántos eran, ni mucho menos menciona sus nombres) lograron impresionar al señor, más que impresionarlo por la acción que habían hecho, (subir al techo y meter por allí al paralítico) lo impresionaron por la fe que había en ellos, porque sabían que el paralítico no saldría de ese lugar en su lecho, sino que saldría caminando, pero la historia termina sin volver a mencionar a estos hombres, hicieron una obra maravillosa pues la biblia dice en el versículo 20 “al ver la fe de ELLOS” (énfasis mío), no solo la fe del paralítico que era quien necesitaba el milagro, sino también la fe de ELLOS, los hombres que le llevaban; un gran milagro ocurrió para un hombre que ni siquiera sabemos (la biblia no lo dice) si era amigo de ellos o si era alguien que encontraron en el camino, pero fue sano gracias a la fe de ELLOS, sin embargo no recibieron el crédito, sus nombres no aparecen y estos caballeros nunca más fueron mencionados por el escritor y probablemente ni siquiera en el cielo sabremos quienes fueron, pero puedo apostar 2 cosas (y estoy más que seguro que ganaría esa apuesta):

1- Ellos se encontraban en el grupo de los siervos de Dios que hacen las obras sin esperar nada a cambio porque saben perfectamente que la recompensa viene de Dios y es eterna

2- Dios les recompensó en gran manera esa obra que hicieron y les lleno de gran gozo ayudar al paralítico a tener un encuentro con Jesús

Es hora de que nos preguntemos y nos auto-evaluemos: ¿Por qué sirvo en este ministerio? ¿Cuándo hago una obra para Dios espero que me vean o eso no me interesa? ¿Espero recibir algo a cambio de lo que yo hago? ¿Como líder estoy reconociendo el trabajo de los demás? ¿Estoy enseñando y practicando la humildad?

Hazte estas preguntas y reflexiona, si sales bien evaluado te felicito, sigue por ese buen camino, y si sales mal evaluado no te desanimes, grandes personajes en la biblia también se equivocaron y aun así Dios los usó, corrige el camino y sigue adelante, el señor te quieres usar.

Quiero terminar con tres consejos sencillos para los servidores:

1. Si estás sirviendo en algún ministerio hazlo de corazón, hazlo con agradecimiento al señor por su amor y su salvación, no esperes nada a cambio, el señor verá tu humildad y sinceridad y te recompensará, recuerda que Dios es nuestro padre y sabe de qué cosas tenemos necesidad

2. si estás sirviendo en algún ministerio y se te da el crédito por algo que hiciste, no dejes que se te suba a la cabeza, lo que hiciste lo hiciste para el señor y cualquiera pudo haberlo hecho en tu lugar pero Dios te escogió a ti porque confía en ti y espera que a ti no se te suban los humos

3. si estás sirviendo en algún ministerio y quieres recibir el crédito por algo que hiciste, siéntate unos segundos y analiza cual fue el ejemplo que el señor Jesús nos dejó en cuanto a la humildad, ponte de nuevo en pie y comienza de nuevo a hacer las obras que Dios te encomendó con humildad en tu corazón

Si eres líder o pastor:

* Reconoce el esfuerzo y la labor de cada miembro, hazles saber y sentir que todos son importantes en el cuerpo de Cristo y enseñales a no asumir altivez cuando se reconozca el buen trabajo de alguno

* Tomate un tiempo para conocer a los integrantes de tu equipo de trabajo o congregación, a lo mejor alguno de ellos siente que su trabajo no está siendo reconocido, acércate, habla con ellos, dales la confianza de que puedan expresar como se sienten y así podrás ayudarlos

Y por favor

* No hagas acepción de personas, todos trabajamos en la obra para la gloria de Dios pero todos trabajamos mejor si se nos reconoce nuestro trabajo y si se nos enseña a ser humildes y a evitar que se nos suban los humos, ayudales a comprender que el éxito en las iglesias viene del trabajo en equipo

NADIE es indispensable en la obra de Dios, pero ¡TODOS! Somos importantes para que esta se lleve a cabo

Si te ha gustado este tema, por favor compártelo con tus líderes o tu equipo de trabajo o ministerio, también puedes dejar tus comentarios y ayudarme a que juntos crezcamos espiritualmente, todos los jueves podrás encontrar diferentes temas sobre situaciones que se presentan en el diario vivir de un creyente, tu y yo podemos hacer la diferencia, Que Dios les bendiga.

EG.