“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Gálatas 5:22-23
El tema de hoy, sé que está “TRILLADO” en las iglesias
hasta de sobra, pero esta semana me llamó la atención que escuche comentarios
de personas adultas diciendo que los jóvenes ya no practican esto y sentí la
responsabilidad de que aunque sea un tema “repetitivo” para muchos, tocarlo de
nuevo pues es necesario que constantemente recordemos lo que la palabra de Dios
nos enseña en cuanto a cómo debemos comportarnos, por favor sigue leyendo.
Ciertamente vivimos en la actualidad con la generación
más interactiva de la sociedad (sobre todo cuando hablamos de tecnología) los
estudiosos del tema de las generaciones determinan al menos 4 generaciones
existentes en la actualidad entre las cuales predominan los millenials y la generación
Z, son personas que en la actualidad están entre los 6 y 35 años de edad, se
dice que dentro de algunos años el 80% de la población estará entre este rango
de edades, en realidad nuestra cultura está repleta de jóvenes más que de
adultos.
La cualidad más distintiva de estas generaciones
es que han nacido, crecido y/o se han vuelto adultos con la entrada del milenio
y la revolución tecnológica, pero hay un dato que también es triste, al mismo
tiempo que han aumentado los conocimientos tecnológicos en esta sociedad, también
ha disminuido la práctica de valores, esto incluye a personas que pertenecen al
cuerpo de Cristo, a la iglesia (sea de la denominación que sea), esto mis
estimados no debe ser así.
Es tiempo de que los jóvenes retomemos los valores
(que estoy seguro que en la mayoría de los hogares los padres los han enseñado
pero que nosotros hemos descuidado) que hemos dejado de practicar, y que
comencemos a actuar como Dios nos lo enseñó con su ejemplo, esto créanme,
traerá bendiciones a sus vidas y sus familias, doy testimonio de ello.
Veamos lo que dice la biblia:
“Mas el fruto del Espíritu es amor…”
Como hijos de Dios, dice la biblia que tenemos en
nosotros Amor, ¿esto es así? ¿Tienes amor? Me dirás: “Claro que sí, pues
amo a mi mamá, papá y hermanos”, pero te pregunto ¿amas a ese joven que te
criticó? ¿Amas a esa persona que se burló de ti? ¿Amas a esa persona que
encuentras en la calle (que ni siquiera le conoces)? Si me contestas que no, déjame
decirte que el amor que tu sientes no es el tipo de amor que Dios quiere, el
amor que Dios quiere que tengas es como el amor de él y si no sabes cómo es te
lo explico fácil: Dios nos amó por decisión, no porque lo mereciéramos,
nos amó porque él lo quiso hacer, pues así espera que ames a los demás, no porque
lo merezcan, sino porque es tu decisión.
Sigamos:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo…”
El gozo mis estimados no es otra cosa que la
sonrisa que uno tiene y transmite en cualquier momento y situación, es la
confianza de que todo está bien, pero se manifiesta a través de nuestra
actitud, ¿Qué actitud tenemos para con los demás? ¿Nos mostramos siempre
molestos con otros? ¿Sonreímos a otros cuando estamos en problemas? Déjame decirte
que es un deber tener buena actitud con los demás, porque nadie sabe las
circunstancias de los otros, si tenemos buena actitud (nos mostramos con gozo
siempre) los demás harán lo mismo con nosotros y el gozo tiene la característica
de ser contagioso, así que llénate de gozo y los demás también lo harán.
Veamos uno más:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz…”
Alguien dijo alguna vez “no hay camino hacia la
paz, la paz es el camino” y es cierto que el fruto de tener al Espíritu Santo es
sentir paz en nuestro corazón, pero también es cierto que el fruto de tener al
Espíritu Santo es que podamos estar en paz con Dios y con los que nos rodean,
considera lo siguiente: “Cuando los caminos del hombre son agradables
a Jehová, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él.” Proverbios 16:7
(Énfasis agregado) si estamos en paz con Dios también los que nos rodean estarán
en paz con nosotros, la paz depende de ti
Y aún uno más:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…”
¿Qué más puedo decir? La biblia es clara, debemos
ser pacientes, pacientes con Dios, pacientes en la prueba, pacientes siempre,
pero pacientes también cuando los demás se equivocan, pacientes cuando
enseñamos a otros, pacientes cuando los demás nos hacen la vida difícil, pacientes
cuando los demás parecen no entendernos, etc., etc., etc.
Te prometo que practicar esto no solo te hará
mejor persona para los demás, también tú encontrarás que practicándolo te sentirás
mejor y verás que en todo lo que emprendas se te abren puertas que quizá nunca
imaginaste, ponlo en practica y por favor busca el artículo que publicaré la próxima
semana, porque esta historia continuará…
Que Dios te bendiga
EG.