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jueves, 31 de marzo de 2016

Si Jesús Viniera Hoy

“Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella”
Lucas 19:41

El mundo entero está lleno de tantos afanes y cosas en las que podamos invertir el tiempo, ya sea que estemos trabajando, estudiando, saliendo de paseo, yendo al cine, consumiendo redes sociales, comiendo, bebiendo, buscando pareja, comprando, haciendo deportes, viendo la tv, etc. etc. etc… hay tantos afanes en esta vida, pero hay algo en lo que la iglesia, el pueblo del señor, la esposa del cordero debemos meditar, ¿nuestra vida como hijos de Dios está siendo prioridad para cada uno de nosotros? Por favor sigue leyendo

Por muchos años, en  los siglos anteriores, la iglesia ha caído muchas veces en el mismo error, hablo de enfriarse, de desviarse en su forma de ver el pecado, de divagar en sus formas de vivir la vida y ver el pecado con tanta naturalidad como si fuese lo más normal y sano del mundo… hoy en día la situación no es tan diferente.

En aquella oportunidad (en la cita bíblica) Jesús iba de camino a Jerusalén y cuando llegó cerca de la ciudad dice que al verla lloró, lloró al ver a un pueblo semejante a ovejas sin pastor, un pueblo descarriado, un pueblo que estaba cegado.

“Dijo: ¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos.” - Lucas 19:42

Y ¿si Jesús viniera hoy?, no a Jerusalén, sino a nuestra ciudad, a nuestra nación, a nuestro pueblo, ¿lloraría de nuevo? ¿Se pondría una vez más triste al ver a su pueblo sin rumbo fijo, sin dirección, cegados por tantos afanes?

La iglesia cristiana nuevamente se está enfriando, nuevamente podemos ver creyentes que buscan primero su comodidad antes que el hacer la voluntad de Dios, vemos cristianos que le son más fieles a su Smartphone que a la palabra de Dios, hijos de Dios que respetan más los mandamientos de hombre que la misma biblia que contiene los mandatos de aquel a quien llamamos “padre celestial”, el ritmo de vida que llevamos los creyentes “modernos” nos ha vuelto fríos y desinteresados de la presencia de Dios excepto cuando la misma pero nos interesamos enormemente cuando se trata de pedir, allí esperamos que Dios nos ponga toda la atención y que nos conteste que sí a lo que deseamos, Si Jesús viniera a nuestra tierra hoy, definitivamente lloraría de nuevo, lloraría al ver a su pueblo tan cerca de él (físicamente) pero tan lejos de su espíritu, tan lejos de querer llenarse de su presencia, esto debe cambiar.

Debemos comenzar a darle el valor y la importancia que tiene nuestra vida espiritual, Dios mismo con su voz de amor todos los días nos está llamando y quiere tener una relación estrecha contigo y conmigo, no porque él lo necesite, en todo caso el más beneficiado de tener una buena relación con Dios somos nosotros mismos, necesitamos de Dios y de su amor, no huyamos de él.

Con esto no quiero decir: “deja todo lo que tienes, olvídate de tu familia, trabajo, estudios, alimentarte, bañarte, etc. y dedica el 100% de tu tiempo a Dios, vete a la iglesia y permanece en ella las 24 horas del día los 7 días de la semana y no salgas de allí jamás” no, en ninguna manera, pero sí estoy queriendo decir: “dediquemos tiempo de CALIDAD para el Señor” un tiempo para conversar con él, para leer su palabra, para buscarle en oración, para aprender de él, para contarle nuestros problemas, él sabe cosas de tu vida que te harán más fácil superar la pruebas, pero en nuestra ignorancia nos alejamos de él cuando en realidad nos conviene acercarnos a él

No seamos como Jerusalén, que nuestro Dios pueda sentir en su corazón alegría y no tristeza al pensar en nosotros, que nos encuentre agradables a él, que nuestra vida sea un deleite para él.

Si te ha gustado esta meditación o alguna de las anteriores o en general te ha gustado el blog, por favor comparte, será de bendición para ti, para mí y para otros, que Dios te bendiga.

EG.



jueves, 17 de marzo de 2016

Dominándome a mí mismo

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” - Proverbios 16:32

¿Alguna vez has visto a alguien perder el control y convertirse en un gigante verde que destruye todo lo que está a su pasó? Siendo honestos creo que solo hemos visto eso hacer eso a un personaje de las películas de Marvel, sin embargo a muchas personas les falta poco para sufrir esa transformación, si eres de esas personas o tienes que tratar con alguien que es así te invito a que sigas leyendo (y que lo compartas con esas personas con problemas de carácter).

Antes de continuar quiero aclarar que no es mi intención criticar ni mucho menos señalar los errores de las personas con temperamento “colérico”, solo trato de lograr que reflexionemos sobre cómo enfrentar situaciones de donde la ira puede causar mucho daño a los involucrados en la discusión.

Siempre que nos encontremos en un grupo de personas, del tamaño que sea el grupo, debemos considerar que todas las personas tienen temperamentos y mezclas de los mismos completamente diferentes, y siempre habrá en nuestros entornos al menos una persona con temperamento “colérico” quienes entre sus cualidades negativas tienen el enojo y la hostilidad, o a lo mejor esa persona eres tú, sea cual sea el caso hay ciertos consejos en la palabra de Dios que nos ayudarán a llevarnos mejor y evitar problemas con otras personas, veamos que dice la biblia sobre el enojo o la ira.

En primer lugar como ya lo leímos en el versículo base, el auto-control siempre será mejor que demostrar que soy más fuerte que otros, siempre que haya un dilema entre 2 personas el que pierda el control primero perderá también el debate, con honestidad no es fácil pero quien se enseñorea de su espíritu y logra guardar la calma tendrá su recompensa.

Basados en la afirmación anterior decimos que si alguien le abre la puerta al enojo también tendrá su recompensa, aunque a la verdad esta no será muy positiva:

“El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.” - Proverbios 15:18

“El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.”
- Proverbios 29:22

“Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, Y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.” - Proverbios 30:33

Siempre que haya problemas entre dos o más personas y se llegue al extremo de la ira habrá consecuencias negativas que pagar, y como ya lo dijimos antes en todos los grupos de personas, todos tenemos temperamentos diferentes, y el tratar con diversas personas y sus opiniones puede resultar no tan sencillo, el problema con la ira es que no es exclusiva de los coléricos, también un melancólico, sanguíneo o flemático puede llegar al extremo de airarse.

Entonces: ¿Qué hago con la ira?

Trata de controlarte, si tú te molestas con facilidad trata de controlarte, créeme te evitará muchos problemas, no grites, habla con voz tranquila, no te exaltes, mantén la calma, no ofendas personas, trátalas como a ti te gusta que te traten, no maltrates, no exijas, pide por favor, comienza practicando estas cosas con tu familia, esto es como un deporte, entre más lo practiques serás mejor haciéndolo.

Si conoces a alguien con carácter difícil, aprende a conocerlo, en la medida que lo conozcas sabrás lo que lo molesta y lo que le agrada, eso hará que haya paz entre ustedes, no lo provoques a perder el control, háblale con calma, él se calmará en la medida que le hables con calma, si pierdes el control él explotará, no le ofendas, no le hagas bromas de mal gusto, mantén el respeto y sobre todo si hay algo en lo que no estás de acuerdo con él, no te dediques a discutir, dedícate a explicar tu punto de vista sin exaltarte, apuesto que él lo entenderá y no habrá necesidad de pelea

“Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.”
- Salmos 37:8

EG.


jueves, 10 de marzo de 2016

La Tristeza

"Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón." Eclesiastés 7:3

Durante toda nuestra vida nos la pasamos luchando en contra de aquellas cosas que pueden traer tristeza a nuestro corazón, incluso llegamos a hacer planes de contingencia para evitar situaciones dolorosas, y eso no está mal, al contrario, que bueno fuera que nadie tuviera que pasar por momentos tristes, pero por más que lo intentemos no pasar por ese camino, debemos hacerlo, en algún momento de nuestra vida tendremos que pasar por allí, hoy quiero que meditemos sobre esto que todos hemos pasado o pasaremos algún día, por favor continua leyendo.

Como ya lo he dicho creo que nadie quiere enfrentarse a la tristeza, incluso, por alguna razón que desconozco, algunos preferimos ocultarla detrás de una gran sonrisa falsa y decidimos tragarnos todo lo que sentimos porque tratamos de mostrarnos fuertes ante los demás, quizá nunca llegaremos a entender porque lo ocultamos, pero definitivamente lo hacemos.

Lamentablemente no podemos evitar situaciones dolorosas, la palabra de Dios es clara y especifica cuando dice en muchas oportunidades que en el señor podemos encontrar refugio en las tribulaciones, no dice por ninguna parte que no habrán tribulaciones, además dice la promesa de Dios que en el cielo no habrá más llanto ni más dolor, ambas cosas si hay en este mundo y debemos enfrentarlas.

En la definición de Google de tristeza encontramos que dice lo siguiente: “Sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto.” (Énfasis mío) entonces nos ponemos tristes por sucesos desfavorables, algo que no salió bien, alguien nos falló, perdimos un empleo, una oportunidad de beca, etc. etc. etc.

Sea cual sea la razón debemos saber que somos seres sentimentales, por muy fuertes que creamos ser, alguna vez lloraremos por algo… la buena noticia es la siguiente, Dios sabe lo que sentimos cuando estamos tristes, él también lloró (Juan 11:35, Lucas 19:41 y Hebreos 5:7) él conoce la tristeza y hay muchas promesas en la biblia que dicen que él no nos dejará enfrentar la tristeza solos.

Pero el punto de mi reflexión en esta ocasión, va más allá de no estar solos en la tristeza, lo que pretendo dejar en nuestros corazones es que Dios permite la tristeza en nosotros no porque él se deleite viéndonos así, en ninguna manera, la razón por la que él permite tristezas a nuestra vida es porque estas nos ayudan a madurar, a ver la vida con otros ojos y a aprender de nuestros errores.

Dios solo pretende que aprendamos a confiar más en él:

"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí." Juan 14:1

"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo." Salmos 55:22

Dios sabe que la tristeza te va a hacer madurar, por eso la permite, y una cosa más, no temas llorar, cuando pasas mucho tiempo guardando la tristeza y no la liberas puedes llegar a enfermarte, no lo hagas, no la retengas, si quieres llorar hazlo, y veras que después de hacerlo te sientes mejor.

Quiero cerrar la meditación de hoy dejándote un versículo más que espero siempre lo tengas presente, memorízalo y repítelo cada vez que sientas tristeza, Dios te bendiga

"Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu." Salmos 34:18

EG.


jueves, 3 de marzo de 2016

Uno de Diez

“Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.”
Lucas 17:15-16

Si alguna vez te preguntaste porque razón a dos o más personas que pasan por la misma situación les va a unos bien, a otros mal, a unos excelente y a otros muy mal, la respuesta es: la actitud, eso es lo que hace la diferencia entre los hombre y mujeres, la semana anterior hablamos sobre tener un corazón agradecido, esta semana quise compartir la segunda parte de esa meditación, tu actitud agradecida puede darte más de lo que esperas, por favor continua leyendo.

A lo mejor en caso de no conocer la historia que se encuentra en Lucas 17:11-19 iras y la leerás (de hecho espero que lo hagas), pero quiero resumírtela para que tengamos un momento de reflexión sobre ella, mientras Jesús se dirigía a Jerusalén, se encontró a 10 leprosos al entrar en una aldea, ellos le pidieron que los sanara, recibieron lo que pidieron pero solo uno de los 10 volvió agradecido delante del hijo de Dios.

Ahora bien, hay unos detalles importantes que me gustaría que analizáramos:

En primer lugar, sabemos que en la Biblia la lepra es tipo del pecado, así como los 10 leprosos nosotros también necesitamos ser limpiados por Dios, si le has recibido como tu salvador personal, él ya lo ha hecho, Dios nos ha lavado con su sangre preciosa, le debemos nuestra sanidad interior y esa es una razón para ser agradecidos.

En segundo lugar el texto base dice: “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz” (énfasis mío) cuando tenemos un corazón agradecido para con Dios no nos da vergüenza que los demás lo sepan, he visto mucha gente que viene a los pies de Jesús, reciben perdón de sus pecados e inmediatamente sin temor alguno quieren compartir con otros la gratitud que hay en sus corazones, eso es bueno, si sientes gratitud en tu corazón por ninguna razón dejes que se apague ese fuego.

En tercer lugar, el texto base dice: “volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias” (énfasis mío) cuando tenemos un corazón agradecido florece dentro de nosotros la humildad, en lo personal creo que no puede haber agradecimiento sin humildad, creo firmemente que van de la mano, humillarse delante del señor no implica ser pisoteado por él, humillarse delante de Dios implica reconocer que Dios es más sabio, más fuerte, y mucho más grande que yo y que mi vida en sus manos es mejor que en las mías.

Y en cuarto y último lugar dice: “y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano” (énfasis mío) definitivamente todo lo que está escrito en la Biblia tiene una razón de ser o alguna enseñanza, en esta ocasión, lo que el autor escribió al final del versículo no fue por casualidad, a pesar de ser samaritano lo que implicaba tener enemistad con los judíos, este leproso fue ante Jesús a quien en su muerte llamarían “El rey de los Judíos” con humildad y agradecimiento porque Jesús no le dio otra cosa que sanidad, amor y perdón.

Ni tú ni yo merecíamos sanidad, amor y perdón de Dios, pues al ser pecadores amigos del mundo nos estábamos constituyendo enemigos de Dios, sin embargo él nos amó aun siendo enemigos suyos.

En resumen, todos somos pecadores que necesitamos ser sanados de la lepra espiritual (Romanos 3:23) pero cuando somos limpios y adoptamos actitud de agradecimiento a Dios le glorificamos sin sentir ninguna vergüenza (Lucas 17:15) y junto con el agradecimiento vienen a nosotros una actitud de humildad, reflejada en nuestra conducta para con Dios y con otras personas y en último lugar debemos ser agradecidos con el padre celestial porque aunque el pecado nos hacía estar enemistados con él, envió a su hijo por amor a nosotros a salvarnos y limpiarnos de nuestra maldad.

Para finalizar Quiero compartirte esta preciosa cita que habla del amor que Dios nos ha mostrado, seamos agradecidos con Dios. Bendiciones.

“Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer”
Oseas 11:4 DHH

EG.