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jueves, 17 de marzo de 2016

Dominándome a mí mismo

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” - Proverbios 16:32

¿Alguna vez has visto a alguien perder el control y convertirse en un gigante verde que destruye todo lo que está a su pasó? Siendo honestos creo que solo hemos visto eso hacer eso a un personaje de las películas de Marvel, sin embargo a muchas personas les falta poco para sufrir esa transformación, si eres de esas personas o tienes que tratar con alguien que es así te invito a que sigas leyendo (y que lo compartas con esas personas con problemas de carácter).

Antes de continuar quiero aclarar que no es mi intención criticar ni mucho menos señalar los errores de las personas con temperamento “colérico”, solo trato de lograr que reflexionemos sobre cómo enfrentar situaciones de donde la ira puede causar mucho daño a los involucrados en la discusión.

Siempre que nos encontremos en un grupo de personas, del tamaño que sea el grupo, debemos considerar que todas las personas tienen temperamentos y mezclas de los mismos completamente diferentes, y siempre habrá en nuestros entornos al menos una persona con temperamento “colérico” quienes entre sus cualidades negativas tienen el enojo y la hostilidad, o a lo mejor esa persona eres tú, sea cual sea el caso hay ciertos consejos en la palabra de Dios que nos ayudarán a llevarnos mejor y evitar problemas con otras personas, veamos que dice la biblia sobre el enojo o la ira.

En primer lugar como ya lo leímos en el versículo base, el auto-control siempre será mejor que demostrar que soy más fuerte que otros, siempre que haya un dilema entre 2 personas el que pierda el control primero perderá también el debate, con honestidad no es fácil pero quien se enseñorea de su espíritu y logra guardar la calma tendrá su recompensa.

Basados en la afirmación anterior decimos que si alguien le abre la puerta al enojo también tendrá su recompensa, aunque a la verdad esta no será muy positiva:

“El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.” - Proverbios 15:18

“El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.”
- Proverbios 29:22

“Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, Y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.” - Proverbios 30:33

Siempre que haya problemas entre dos o más personas y se llegue al extremo de la ira habrá consecuencias negativas que pagar, y como ya lo dijimos antes en todos los grupos de personas, todos tenemos temperamentos diferentes, y el tratar con diversas personas y sus opiniones puede resultar no tan sencillo, el problema con la ira es que no es exclusiva de los coléricos, también un melancólico, sanguíneo o flemático puede llegar al extremo de airarse.

Entonces: ¿Qué hago con la ira?

Trata de controlarte, si tú te molestas con facilidad trata de controlarte, créeme te evitará muchos problemas, no grites, habla con voz tranquila, no te exaltes, mantén la calma, no ofendas personas, trátalas como a ti te gusta que te traten, no maltrates, no exijas, pide por favor, comienza practicando estas cosas con tu familia, esto es como un deporte, entre más lo practiques serás mejor haciéndolo.

Si conoces a alguien con carácter difícil, aprende a conocerlo, en la medida que lo conozcas sabrás lo que lo molesta y lo que le agrada, eso hará que haya paz entre ustedes, no lo provoques a perder el control, háblale con calma, él se calmará en la medida que le hables con calma, si pierdes el control él explotará, no le ofendas, no le hagas bromas de mal gusto, mantén el respeto y sobre todo si hay algo en lo que no estás de acuerdo con él, no te dediques a discutir, dedícate a explicar tu punto de vista sin exaltarte, apuesto que él lo entenderá y no habrá necesidad de pelea

“Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.”
- Salmos 37:8

EG.


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